Una guitarra, la mirada de un niño y una espiral. La fotografía, por su natural estático, siempre buscó el movimiento. En este caso, Berrocal lo consigue centrando la mirada limpia de un muchacho. Ese giro permite que nos fijemos sólo en lo que importa: los ojos y las manos.
Redactor Jefe de Fotografía
Diario El Mundo
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