El Palacio Episcopal de Astorga es un edificio proyectado por el arquitecto Antonio Gaudi, máximo exponente del modernismos catalán. Está situado en la ciudad de Astorga, a una distancia relativamente corta de León, donde se encuentra la Casa Botines, igualmente obra de Gaudí, junto con El Capricho de Comillas las únicas obras de Gaudí fuera de Cataluña. La construcción se llevó a cabo entre 1889 y 1915.
Unos años antes se había producido un incendio en el palacio episcopal, que lo dejó totalmente destruido. Ya que la ciudad no disponía de un arquitecto diocesano, el obispo Joan Baptista Grau i Vallespinós decidió encargar la construcción del nuevo palacio episcopal a su amigo Gaudí. La amistad entre ambos había comenzado años atrás mientras Grau – como Gaudí– fue vicario general de la archidiócesis de Tarragona e inauguró la iglesia de Jesús-María cuyo altar Gaudí había diseñado.
Cuando Gaudí recibió el encargo de construir el palacio episcopal estaba ocupado en diversos proyectos, como el Palacio Güell, los Pabellones Güell, el Colegio de las Teresianas y la Sagrada Familia, por lo que no podía desplazarse a Astorga para estudiar el terreno y el entorno del nuevo edificio. Para no retrasar el proyecto le pidió al obispo que le enviase fotografías, dibujos y demás información del lugar, que le permitiesen comenzar a proyectar el palacio de manera que armonizase con las edificaciones de su entorno. Una vez hubo estudiado todo el material recibido, Gaudí preparó los planos del proyecto y los envió a Astorga. Grau se sintió satisfecho e inició los trámites para obtener los permisos administrativos. Después de haberse introducido algunas modificaciones, el proyecto fue aprobado en el mes de febrero de 1889. Unos meses después, el 24 de junio, se puso la primera piedra.
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