viernes, 11 de mayo de 2007

Aviso a navegantes



Trabajando el pescador


Érase una vez un pescador que trabajaba mucho y veía poco a sus dos hijos. Todas las noches mientras los niños dormían les dejaba en la almohada una concha de mar, y les daba un dulce beso a cada uno.
Así durante siete días y en esa noche, les dejó una estrella de mar y les dió un dulce beso a cada uno.
Los niños al despertar y ver la estrella sabían que esa tarde verían a su papá.

Javier Berrocal

1 comentario:

MiKel Ponce dijo...

Joder, que tierno. Pues ya te digo que con esta profesión estoy condenado a ser un pescador más,
saludos miguel

Miguel Berrocal

"Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla".

Confucio

551 AC-478 AC. Filósofo chino