sábado, 23 de septiembre de 2006

Foto del Faro en el Cabo de San Vicente








La barbilla de ese rostro que forma la península Ibérica y que culmina con la espectacular fortaleza de piedra conocida como cabo de San Vicente, considerado en tiempos remotos como “el fin de toda tierra habitada”, pues así parece: el suelo se interrumpe de pronto, cruentamente, en forma de acantilado de 60 metros sobre un agua oscura y misteriosa. Además, el viento que azota sin piedad, la neblina que acostumbra a recubrirlo y el faro que lo preside dan al cabo de San Vicente –cuyo nombre homenajea al santo mártir cuyo cuerpo fue velado, allá por el siglo IV, por dos cuervos- un extra místico que concentra, cada atardecer, a cientos de jóvenes que despiden al Sol mientras se oculta por el horizonte. Provistos de cervezas, ropa de abrigo y cámaras digitales, estos adoradores del astro rey se desparraman por las rocas para obtener la mejor visión de un espectáculo que sobrecoge. Una lápida advierte de su peligro potencial: algún que otro turista ha perdido la vida al caer desde esta gigantesca proa continental.

4 comentarios:

Mr. Kaplan dijo...

Bonita foto

Miguel Berrocal dijo...

Muchas gracias, viniendo de ti es todo un halago...

Mr. Kaplan dijo...

Sabes tan bien como yo que me obligaste a escribir este comentario, así que no te hagas el tonto...

Miguel Berrocal dijo...

Eh... que yo no te he ogligado a escribir la chorrada que has escrito... escribe lo que te de la gana, ya sabes que la crítica siempre es bien recibida.

Miguel Berrocal

"Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla".

Confucio

551 AC-478 AC. Filósofo chino